El Santo Sin Nombre – Pazos de Borbén

Cuentan las voces antiguas del lugar, en lo alto del Monte da Berra, en O Pousiño, en el municipio de Pazos de Borbén, donde la vista se pierde hasta la Ría de Vigo, habita un santo sin nombre. Cada último fin de semana de agosto, gente de cerca y de lejos sube al mirador para rendirle culto, en una romería que nació del azar y de la fe.

Corría el mes de junio de 1983 cuando, al preparar la cima del monte para hacer una zona de picnic, una excavadora se topó con una figura esculpida en piedra. Era pequeña, de apenas 40 centímetros, de aspecto sencillo, hecha con manos humildes. Algunos dicen que es arte popular; otros se atreven a afirmar que podría ser románica. Hay quienes ven en ella a un obispo, otros a un ángel, y quién sabe si una divinidad olvidada de tiempos antiguos, anterior a la cruz y al altar.

La imagen reposa ahora en una jaula de hierro, sobre una moderna cruz de piedra, en un pedestal que la eleva a la altura de los ojos y del corazón de los devotos. No tiene nombre, pero sí tiene historia. Y desde aquel hallazgo, comenzó una romería que cada año crece en fervor.

Cuentan que en el año 1994, el Santo Aparecido –como lo bautizó el pueblo– obró su primer milagro. Un muchacho de catorce años, miembro de un grupo de gaitas que iba a tocar en la romería, sufría de verrugas en las manos. Le rogó al santo que se las quitara… y al día siguiente, desaparecieron sin dejar rastro.

Así nació la leyenda del Santo Sin Nombre: protector sin identificación, hacedor de milagros anónimo, figura extraña que despertó una devoción popular inesperada. Y cada agosto, con cada nuevo romero, su presencia se hace más fuerte, como si el monte mismo guardara un secreto antiguo que apenas ahora empezamos a recordar.

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